Según un informe publicado en 'Cell Metabolism', nuevos descubrimientos apuntan a una hormona que hace que los músculos devoren el azúcar. Ese factor, que puede ser inducido a partir de células madre de grasa, podría dar lugar a un nuevo tratamiento para reducir el azúcar en la sangre y mejorar el metabolismo.
La nueva grasa, derivada de la hormona, parece ser una alternativa o complemento, de la insulina; puede hacer, esencialmente, el mismo trabajo: enviar la glucosa de la sangre, al músculo.
El especialista Jonathan Graff y su equipo, del Centro Médico Suroeste de la Universidad de Texas, manipularon en ratones, una vía de desarrollo clave en las células madre de grasa, descubriendo así, que los animales comenzaron a mostrar niveles sanguíneos muy bajos de azúcar. Los músculos de los animales consumían más glucosa de lo normal, debido a la abundancia de transportadores de glucosa en su superficie. Este descubrimiento también sorprende porque los animales, además, carecían de reservas de grasa, una condición conocida como lipodistrofia que, normalmente, se traduce en lo contrario: hiperglucemia y diabetes.
En dicho estudio, los ratones respondían normalmente a la insulina, pero ésta no afectó el apetito inusual de los músculos; la fuente del cambio de la actividad muscular tuvo que ver con las células madre de grasa manipuladas.
Además, otros experimentos revelaron que los músculos de los ratones siguieron consumiendo azúcar extra al ser aislados en el laboratorio y expuestos a suero sanguíneo.
Comenta Graff: "Observamos, así, que estos efectos eran secundarios a las señales de transmisión sanguínea enviadas por los progenitores de las células de grasa manipuladas" Esta señal puede ser generada sólo por las células madre de grasa, y no por células de grasa ya maduras; cuando los investigadores realizaron la misma manipulación en células de grasa adultas, no encontraron tal efecto en el azúcar de la sangre, o los músculos.
Importancia del estudio
Los resultados de la investigación destacan un nuevo efecto hormonal, que parece tener un potencial terapéutico real. Graff señala que, "existe la posibilidad de usar este hallazgo para reducir y ayudar a controlar el azúcar en sangre". Alternativamente, podría existir una manera de estimular las células madre de grasa del cuerpo, para que produzcan, ellas mismas, más cantidad de factor anti-diabético. (europapress)
