Todas las fuentes de células madre tienen sus pros y sus contras.
Pero ¿qué ocurriría si después de todo las terapias de sustitución de células madre no fuesen necesarias? ¿Qué pasaría si pudiésemos manipular las células madre existentes y estimularlas para proliferar y desarrollarse cuando todavía están dentro del paciente? Esto puede parecer inverosímil hoy día, pero los científicos están aprendiendo cada vez más sobre los nichos habitados por las células madre, así como las señales y los mecanismos epigenéticos que controlan su destino. Este enfoque podría no seguir siendo improbable por mucho tiempo.
Pero ¿qué ocurriría si después de todo las terapias de sustitución de células madre no fuesen necesarias? ¿Qué pasaría si pudiésemos manipular las células madre existentes y estimularlas para proliferar y desarrollarse cuando todavía están dentro del paciente? Esto puede parecer inverosímil hoy día, pero los científicos están aprendiendo cada vez más sobre los nichos habitados por las células madre, así como las señales y los mecanismos epigenéticos que controlan su destino. Este enfoque podría no seguir siendo improbable por mucho tiempo.
La investigación epigenética tiene una importancia fundamental para el desarrollo de la tecnología de células madre ya que pregunta qué es lo que hace que una célula madre sea una célula madre, y cómo se desarrolla hasta convertirse en un tipo de tejido específico. Cada célula en el cuerpo adulto contiene exactamente el mismo ADN (los mismos genes). La diferencia entre tipos celulares, por tanto, reside en el subconjunto particular de genes que se utilizan. Se puede pensar en la epigenética como en las modificaciones químicas del ADN que controlan esta utilización selectiva de los genes.
Las investigaciones realizadas por el grupo de Amanda Fisher (Londres, Reino Unido) y sus colaboradores sugieren que a medida que las células se desarrollan hacia destinos específicos, ciertas regiones de sus genomas son “cerradas” debido a varias modificaciones epigenéticas. Este acceso limitado se manifiesta entonces en una limitación de su potencial de diferenciación. Creemos que a partir de las células madre se pueden generar todos los tipos celulares y, así lo indican los estudios, que su ADN está más abierto a recibir órdenes y manipulaciones (esto es, sus instrucciones epigenéticas no están presentes, o no se han hecho cumplir).
Los investigadores esperan que al descifrar la naturaleza de estas instrucciones (cómo se establecen las modificaciones epigenéticas y cómo se ven influidas por el ambiente de la célula) sea posible mejorar las técnicas de cultivo para convertir las células madre en tipos celulares específicos. Y, con el tiempo, las células madre podrían ser manipuladas directamente dentro del paciente con la utilización de medicamentos con una diana de acción muy específica.
Debido a las diversas limitaciones de tipo técnico, ético y práctico, como la resistencia de los EEUU a la financiación, ciertas terapias celulares pueden aún tardar mucho en llegar. Pero el uso terapéutico futuro de las células madres estará, sin duda, supeditado al entendimiento de sus secretos epigenéticos. El papel de la Red Epigenoma Europea será particularmente crucial en el desarrollo de estos avances.
Fuente: epigenome.eu
