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Nuestro reloj biológico controla la activación de las células madre de la piel

13:38
Nuestro reloj biológico interno, también llamado ritmo circadiano, que controla el comportamiento humano durante todo el día y la noche, regula la función de células madre de la piel, encargadas de regenerarla, según un estudio del equipo del Centro de Regulación Genómica (CRG).

Este trabajo, cuyos resultados se han  publicado ayer en la revista Nature, explica que de la alteración de dicho ritmo resulta el envejecimiento prematuro del tejido y una mayor predisposición a desarrollar tumores de piel.
celulas madre
El restablecimiento de un reloj biológico adecuado elevaría la capacidad regenerativa del tejido a largo plazo y reduciría la probabilidad de desarrollar tumores, explican sus autores.

Las células madre regulan el reemplazo celular en los tejidos y en el caso de la piel, se encargan de producir de manera permanente nuevas células que reemplazan aquellas que se encuentran estropeadas por su uso diario y el efecto de los diferentes agentes nocivos, tales como la luz ultravioleta durante las horas de sol, y patógenos como virus o bacterias

Los investigadores han descubierto que el comportamiento de las células madre de la piel está regulado por nuestro reloj biológico interno, y que el correcto funcionamiento de ese reloj es necesario para el mantenimiento del tejido.

Este reloj regula el comportamiento de las células madre de tal forma que, por ejemplo, durante las horas de máxima exposición a la luz las células sean capaces de protegerse al máximo de la radiación nociva , mientras que por la tarde-noche puedan dividirse y regenerar el tejido sustituyendo las células dañadas por otras células sanas.

De esta manera, el reloj biológico posibilita que las células madre se dividan en los momentos en los que la piel ya no se encuentra expuesta a posibles daños, cuando sería más vulnerable a la acumulación de mutaciones en el ADN, que ocasiona una pérdida de su capacidad regenerativa.

"Por lo tanto, el reloj biológico permite que haya un ajuste preciso del comportamiento temporal de las células madre, de tal manera que el sistema se adapta a las necesidades del tejido según la hora del día y que haya un reemplazo constante de las células del tejido con un mínimo riesgo de acumular mutaciones en el ADN", comenta Salvador Aznar Benitah, coordinador del estudio.

Los genes Bmal1 y Period1/2 son los encargados de controlar este ritmo y de regular el reposo y actividad de la regeneración celular.

Mediante la manipulación genética de ambos, los expertos demostraron que la perturbación del reloj biológico en las células madre de la piel impedía a las células saber cuándo tenían que ejercer su función, y que esto ocasionaba problemas a largo plazo en el envejecimiento celular y en la generación de tejido.

La arritmia en el reloj también aumentaba notablemente la propensión a desarrollar un tipo de tumor de piel que constituye uno de los más diagnosticados en las sociedades industrializadas.

El reloj biológico acomoda las funciones biológicas acorde con los cambios naturales de luz y oscuridad a los que el hombre está expuesto de forma diaria.

Los resultados del estudio muestran que la regeneración de la piel, esencial para prevenir el envejecimiento y desarrollo de tumores, se encuentra también sujeta a estos ritmos.

Al envejecer, la precisión de este reloj tiende a diluirse de forma progresiva con cambios en los hábitos de vigilia y sueño de alimentación, al igual que en personas expuestas a cambios permanentes en sus hábitos (como por ejemplo el jet lag de forma rutinaria).

Los investigadores creen que esto, con el tiempo, puede producir defectos en la capacidad regenerativa de los tejidos y el consiguiente envejecimiento, además de mayor predisposición al desarrollo de tumores.

Los expertos advierten que es necesario investigar más para entender por qué nuestro reloj biológico se pierde con el envejecimiento, y si se pueden desarrollar formas de restablecer un reloj joven.
 
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