Mario Andrés fue diagnosticado con parálisis cerebral. Sin embargo, las esperanzas de que mejore su calidad de vida ahora es resultado de sí mismo y de un nuevo tratamiento que comienza a estudiarse. La clave: células madre.
A mediados del año pasado, científicos de la Universidad de Duke, Carolina del Norte, EU, encabezados por Joanne Kurtzberg, junto con un laboratorio mexicano, realizaron un trasplante de células madre (propias) de cordón umbilical al pequeño de seis años, con el objetivo de tratar el daño cerebral, causado por una insuficiencia de oxígeno al nacer.
De acuerdo con Kurtzberg, pionera en la utilización de células madre para tratar este padecimiento, aún falta ver la evolución de Mario durante varios meses más, no obstante ya hay noticias y son buenas.
El pequeño se trasladó a Carolina del Note, donde el laboratorio Banco de Cordón Umbilical (BCU) hizo llegar la muestra, que fue almacenada por sus padres en su nacimiento. Se le suministraron dos millones y medio de células madre.
Hasta ahora ha podido recuperar la movilidad de extremidades y cuenta con autosuficiencia de movimiento, además de contar con mayor habilidad para establecer una conversación. “Se espera que al término de un año y medio haya avances más notorios” —refiere Javier Méndez, jefe del laboratorio de BCU—. No sabemos aún hasta qué grado podría haber un avance, pero seguro es que hasta ahora ha mejorado su calidad de vida”.
MÚLTIPLES APLICACIONES. Esta materia es sólo una de las múltiples aplicaciones que las células madre abren a la medicina, comenta el especialista del BCU, quien dice que dentro de cinco años aproximadamente se podrán ver múltiples investigaciones que hoy se observan lejanas. “Por tanto, los bancos de preservación de células madre se han vuelto un seguro biológico”.
Los transplantes que más comúnmente se llevan a cabo en su institución, apunta, han sido de médula ósea, para tratar leucemia u otros padecimientos en la sangre. Este tipo de enfermedades puede originarse en una persona de cada 150 mil, sin embargo hay otras que son más comunes y tendrán respuesta en estos tipos de tratamientos.
“Se abren otras aplicaciones más novedosas, como en enfermedades óseas, fracturas, regeneración celular en piel... En unos cuantos años habrá altas requisiciones porque hay muchas aplicaciones que ya están en desarrollo: diabetes, Alzheimer, Parkinson”.
En el BCU, que cuenta con presencia en EU y Brasil y es el más importante de Latinoamérica, realizan investigación para la aplicación de fibroblastos (células que ayudan a la regeneración celular de la piel), para desarrollar tratamientos para pacientes con quemaduras u otro padecimiento de la piel, y que también se podría aplicar otros de carácter estético.
También tienen la tecnología, dice, para estudiar tratamientos para diabetes, con las que puedan quitar células que no nos sirven y enriquecer las que interesan.
“De ahora en adelante nos preguntaremos en qué podremos usar las células madre dentro de una gama tan amplia. Te he dicho cinco años por darte un estimado, pero muchas aplicaciones podrían venir antes”.
DONACIÓN. El BCU es una empresa privada de almacenamiento de células madre provenientes de cordón umbilical. Estas se obtienen de la sangre del cordón de los bebés en los hospitales, cuyos padres han decidido contar con uno de estos seguros biológicos para él, pero que igual puede servir para algún otro miembro de la familia genéticamente compatible. “En los bancos privados, uno es dueño de su muestra”.
En el laboratorio es analizan y valoran para saber si las muestras son viables: cerca del 40 por ciento se dan de baja porque no cubren los requerimientos de calidad en BCU.
Sin embargo, frente a la falta de regulación, muchos otros laboratorios conservan y validan muestras que no servirán para un trasplante.
Además de la necesidad de establecer una norma oficial y un reglamento en la Ley general de salud, refiere Javier Méndez, el camino a nivel mundial es que los bancos privados sean a la vez un públicos, donde se pueda hacer investigación y fomentar la donación.
“Lo importante es que los cordones umbilicales no se desechen, porque son una fuente importante de células madre, sino que se conserven o donen. El objetivo será generar una nueva medicina de prevención”
Fuente: cronica.com.mx